sábado, 21 de noviembre de 2015

En picada desde Pink Floyd a Belinda



¿Gusto culposo o no tal culposo?. 

-Hola me llamo Francisco y me gusta una canción de Belinda (de pie delante del círculo de personas en grupo de autoayuda)-. La noche me da amnesia oh oh, mi mente da mil vueltas oh oh; sí, lo acepto, me gusta esta canción de esta cantante Mexicana, ¡Y qué!; Dopamina está oculta en mi reproductor de música de mi teléfono. Creo que he tocado fondo, luego de haberme tirado en picada desde las alturas de Pink Floyd a esta oda del pop mexicano.

Esta declaración tampoco es tan grabe, esta rola del 2010 es simplemente aceptable-random, de esas que te salen en la radio cuando vas manejando y no puedes quitarla porque estás cambiando velocidades y viendo las señales de tránsito. El video, que se ve que le metieron buenos dólares, es visualmente bastante bueno, muy onda surreal y multicolor, y de Belinda solo puedo decir que está excepcionalmente buena y exquisita, es todo una bellezón andando. Y haciendo precisamente la aclaración a este último punto, mi gusto por ella es más precisamente por ella que por su música, aunque tengo que aceptar que he sucumbido a esta canción, pero les aseguro que no tengo ninguno de sus CDs.


Todos tenemos gustos culposos y el que esté libre: que tire el primer disco.


miércoles, 18 de noviembre de 2015

Estado actual: Estoy Quebrado



A quién no le ha pasado que revisa su cuenta de banco y cuando luego de repasar esperanzadoramente todos esos micro números que se suman al final de la lista, te dan ganas de ¡Mentarle la madre al mundo entero!, pues eso me pasa constantemente cada semana que hago el fatídico ritual. Hace unos días escuchando el sonido de la notificación del chat de mi teléfono, me encuentro con que me habían enviado karmaticamente una imagen que decía algo así “I just looked at my bank account and figured out I can live comfortably for rest of my life as long as I die Saturday” PD: eso fue un mensaje divino, una señal o un llamado de conciencia de: Ahorra ya.

Durante años, y no miento, “años”, he tratado de perfeccionar el arte del buen ahorrador, pero no es desde hace un tiempo atrás que he visto mis finanzas pasar por una depresión económica bastante deplorable, que hasta hoy en día no sé la razón; o bueno si la sé, para que nos hacemos los tontos, soy un desastre en la materia de organizar mi economía personal, suelo gastar en cachivaches innecesarios, invitar de más y comprarme cosas que pasan del aparador del almacén a estar colgadas en mi closet por tiempo indefinido. Ahora me doy cuenta que el seminario de Fisherman al que asistí, nada más no dio resultados.

Alguna vez han conocido a un tipo que en su primera mitad de los veintes ha hecho  consolidación de deudas en un fastidioso trámite bancario, pues: Hola heme aquí, ese fui yo hace un par de años, el mismo que está contando estas peripecias financieras y que temerariamente está pensando hacer tal pirueta de nueva cuenta. No se crean, tampoco es que soy un despilfarrador de dinero a lo loco, suelo llevar un presupuesto que va cambiando constantemente y que al final de mes suele quedar como toda una mala partida de Tetris, completamente descuadrada. Luego de restar mi propia manutención, mis gastos estudiantiles, las cuotas de mis odiadas deudas, mi auto mesada para salir y de gastos personales, y pagar mis cuotas de derecho de piso y pupilaje donde vivo; me he inventado lo que yo llamo: “Impuesto de Autoahorro Obligatorio” que en papel se ve sumamente inspirador y quizá a estas alturas debería de patentar este concepto; aunque  déjenme contarles que ese númerito con dos ceros al final, al cabo de unos días, una semana o al llegar casi casi a fin de mes, siempre termino restándole uno de sus ceros. ¡Caput! al impuesto de autoahorro obligado. 

Sé que a lo mejor nunca logre rellenar mi colchón de billetes a menos que me gane la lotería, pero es que ser adulto y mantenerse uno mismo es una responsabilidad financiera muy seria y más en estos dorados tiempos que ya no son tan dorados, más bien son bastante negros, simplemente la economía no da para más. Pero al final de este año y ya a últimas horas me he propuesto recobrar el tal impuesto de ahorro con la seriedad que se merece; y es que pienso que ha llegado el momento de hacerse responsable de los daños a mi billetera y no volver a la patética rutina de estar cuchillo en mano sobre mi cama intentando sacar un par de monedas de la alcancía.

¡Siempre nos quedarán los raspínes de la suerte! ¿Verdad Alice?




El diseño de esta alcancía tiene de derechos de autor y está patentado.

lunes, 16 de noviembre de 2015

El día en que me dijeron: Amargado


-“Francisco es bien serio, se ve bien enojado”- cito textualmente lo que mencionó el otro día una de mis compañeras de cubículo del trabajo. Luego de haberse roto el silencio con tal aseveración no me quedó otra que unirme al efecto dominó de risas de mis compañeros a mi alrededor, -¿Cómo me has dicho?, ¡Qué soy amargado!- JAJAJAJAJA entoné satíricamente en ese momento. Dicen que alcanzas la adultez y cierto grado de madurez cuando logras reírte de ti mismo, y quizá es cierto, porque hasta la fecha me sigue causando gracia este episodio.

Creo que tendré que inscribirme a un curso rápido de relaciones públicas, para quitarme esta fachada de chico migraña y quizá eso resuelva la percepción que muchos tienen sobre mí. Sí lo acepto, sé que soy culpable de ser súper concentrado en mi trabajo, de la manía de querer hacer todo bien y de ir a mis aires siempre. Por años he venido perfeccionando el arte de la disciplina, una virtud que desde pequeño he maquinado en muchos aspectos de mi vida, y digo algunos, porque en el departamento de la educación física y deportes no más no ha surtido efecto alguno, pero eso es tela para otro post y muy largo de contar. Pero no se fíen debajo de ese semblante de hombre sin sonrisa con mirada de Clint Eastwood viendo al monitor de la computadora, hay alguien que guarda muchas sorpresas.

Generalmente suelo pasar muy serio mientras trabajo, y es que la verdad estoy en un mundo donde el estrés está a la orden del día y es inevitable no tener mi cara de WTF cada vez que tengo una asignación que tiene que ser entregada a la velocidad de la luz con indicaciones indescifrables; a lo mejor tiene también mucho que ver que cada día me hago más viejo y veo la vida desde el balcón de: Tengo tantas cosas que pagar”… A trabajar se ha dicho.

Hoy en día puedo decir que estoy en proceso de rehabilitación de las amarguras diarias, They tried to make me go to rehab but I said, no, no, no, sí eso mismo, que con el paso de los años he estado aprendiendo que la vida son dos días para estarse estresando más de la cuenta y que hay que reírse hasta de uno mismo. Al menos sé, que ahora aunque tenga constantes recaídas y cortos circuitos estoy en el camino del Yo lo intento. Pero sea como sea, no se crean, detrás de este chico serio que siempre viste de gris hay un ángel dulce como la miel. Ehhhhhhhh ¿O será de cianuro?.


:)

martes, 3 de noviembre de 2015

Los gorros también son para los grandes



De pequeño jamás utilicé ningún tipo de gorro, eso sí, siempre fui un niño de overalls con forma de ratón, seguro luego haré remembranzas de esa época tan ridículamente humillante de mi vida. Hoy ya de grande, días en los que me siento muy adulto desenvolviéndome en la aburrida independencia de la vida, uso gorro, y uno bastante peculiar.

No lo uso por moda, ni tampoco porque no haya superado aún mi etapa de pseudo japonés, en la que me gasté varios meses aprendiendo caracteres incomprensibles de la tierra del sol naciente, de los cuales ahora no recuerdo ni uno; los uso porque gracias a que la evolución humana lejos de ser perfecta como aseguran algunos, a mí me ha jugado algunas bromas de mal gusto, regalándome en estos últimos años problemas de alergias y sinusitis crónicas, achuuuuuú!, como odio este clima.

Luego de saborear los efectos colaterales de todos los medicamentos que he podido probar, he de confesar alucinantemente deliciosos, y de haber experimentar como todo tal cual curandero de las Amazonas con varios remedios sacados de la botica de la abuela, me di por vencido; no puedo mentir, la verdad es que he mejorado bastante y  hasta el día de hoy he encontrado un medicamento que me ha servido mucho, pero sumado a ello estoy realizando lo que yo llamo: “Experimento G.C.L.A.Y.L.S.”. De momento vamos por buen camino.

Hace un buen tiempo una colega y buena amiga, apasionada de todo lo alienígena,  me regalo un gorro bastante, digamos, diferente, sí una versión de zombie-monstruo estilo caricatura japonesa de Cartoon Network (no me hagan caso, no sé ni que estoy diciendo), pues eso, que el susodicho es un gorro bastante peculiar con un ojo salido y una risa de dientes chimuelos. Me gusta, claro que me gusta, y más porque soy amante de las cosas extrañas y peculiares, lo uso, eso sí en la intimidad de mi dormitorio. Y es que no sé donde o a quien escuché decir un día, que dormir con gorro ayudaba mucho para los problemas de sinusitis e inflamaciones de los senos paranasales, -¡Eso tengo que probarlo!- me dije recordando que tenía un gorro guardado que me mira cada vez abro las puertas de mi closet. Y heme aquí cada noche disfrazado de otaku.

De momento seguiré con esta moda suburbana en plan cosplay, utilizándolo cada vez que me vaya a la cama, en un intento desesperado de sobrevivir a esta tortura de estornudar a cien por minuto.


(G.C.L.A.Y.L.S / Gorro Contra La Alergia Y La Sinusitis).




miércoles, 28 de octubre de 2015

Browniefobia



Todos los que me conocen saben que no soy precisamente un fan del chocolate, ¡sí eso mismo! quedense boca abiertos por tal aberración gustativa; y es que no puede haber ser humano sobre la faz de la tierra que no disfrute el placer de comerse un buen chocolate o todas las cosas que existen hoy en día de este manjar que debemos agradacerle a las Américas.

Siempre he sido el tipo de hombre que le ha tenido fobia a los brownies, quizá el único, no porque esté mal de la cabeza o algo así, sino porque que soy ehhhh digamos… un poco intolerante a las cantidades descomunales de azúcar, cosa que le agradezco a algunos padecimientos de salud los cuales serán revelados en mi E! True Hollywood Story. Oficialmente acepto ser defectuoso de fábrica y le tengo miedo a los brownies.

Muy pocas veces he comido brownies, para ser más exacto dos veces en mi vida. La primera vez que probé un pedazo de este decadente postre, fue en un café bistró que estaba en una esquina de una universidad, y digo “una tal cual” porque no era donde yo estudiaba, en realidad no recuerdo que andaba haciendo por esos lados con la novia que tenía en aquellos años; pero aquella tarde nos auto invitamos a una tertulia de café, con agarradas de manos bajo la mesa y un temido “Brownie à la Mode”, una mezcla pretenciosa de un clásico norteamericano al estilo francés y por si fuera poco con una bola de sorbete de vainilla por encima, digno de todo un pseudo bistró universitario. De ese día no recuerdo mucho, pero los flashbacks que me saltan en la memoria no son para nada gratos; y entre manos temblorosas, dolor de panza y un especie de descomposición orgánica, ese día caí tumbado sobre mi cama.

Ayer en mi trabajo, donde toda realidad se convierte en un episodio surrealista, una de mis vecinas de cubículo se ha dispuesto a ser toda una magnate de la repostería con su novio, vendiendo alfajores, tartaletas, pasteles y los channn channn: temidos brownies. Influenciado por el efecto de compra dominó, terminé tomando una bolsa de 4 brownies en presentación de tentempiés, no lo niego estaban deliciosos, tanto así que me dejé seducir por el sabor de dos de ellos y de un solo bocado. -Son tamaño petit- dije negandome ante el inminente desastroso desenlace de toda esta historia, a  los pocos minutos sentí como corría por mi cuerpo un hormigueo nauseabundo y como mis ojos veían de manera extraña el monitor de la computadora, -¡otra vez nooooo!-, me repetía mientras mi estado físico se derrumbaba en picada. Al final terminé regalando las otras dos porciones que me sobraron y esa noche intentando todo remedio posible, como injerir chile en hojuelas y nachos barbacoa, solo conseguí tener una noche fatal.

Dos días después, sigo sintiendo muy a lo lejos, los estragos de tal bomba de azúcar en mi cuerpo. Definitivamente los brownies y yo somos los perfectos archienemigos de película. Por supuesto yo soy el bueno.

PD: Brownie me las vas a pagar!

lunes, 26 de octubre de 2015

Years & Years y su "King" están taladrando mi cabeza.



-I was a king under your control-. 

Ha vuelto a suceder, eso que no pasaba desde el ultra mega clásico favorito de favoritos “Enjoy de silence” de Depeche Mode, desde los melancólicos “Sour girl” de los Temple Pilots, de “Ready to go” con Saffron y los República, los resonantes “A place called home” de PJ Harvey y “March of pigs” de NIN; los dosmileros "Lucky day" de la ginger inglesa Nicola Roberts y "I blame myself" de la ex modelo de Forever 21 Sky Ferreira, los hits españoles "Kamikaze" de Amaral y "Disparé" de la dulce Nena Daconte; los electrificantes "You know me better" de la verdadera artista conceptual Roísín Murphy (mucho antes que apareciera la mercadológica de Gaga), "Changing" de Sigma ft. Paloma Faith, "Self machine" de la hija de Sting y su banda I Blame Coco y el "Amazing" de Seal; los Latinoamericanos de Motel con "Y te vas", "La Flotadera" de Hello Seahorse, "Te Llevo para que me lleves" de Cerati y debo aceptarlo aunque muera de vergüenza "Dopamina" de Belinda; la lista sería interminable y la verdad es que me declaro culpable de ser un compulsivo al momento de ponerle loop al play del reproductor con la música que me gusta. Acabo de darme cuenta que con el pasar del tiempo me he hecho un popero empedernido, y espero que del bueno. 

Por esas situaciones incomprensibles del reproductor aleatorio automático de You Tube, me pasó al track  "King" de Years & Years como si hubiera sido un episodio furtivo del destino -I was a king under your control-. Desde el primer momento fue algo así como una obsesión con aquel video sencillo y prolijo donde domina la simpleza, el blanco, el bajo presupuesto y tres chicos comunes y corrientes que fácilmente podrían vivir en la casa de al lado. Esa noche me quedé viendo ese video muchas veces y deleitándome por como se unía la melodía, la letra y la delicadeza visual que cae en una experiencia artístico visual simple, básica y casi de manualidad casera. Desde ese día y luego de ver todas las versiones en vivo posibles de "King", me viene pinchándome la cabeza su sonido y no puedo sacármelo de allí; seguro por esa ola sonora tan fresca que le da una pausa realmente agradable a tanta basura prefabricada de adolescentes que nos vomita el mundo de la música  en estos últimos años. 

¿Dónde he visto a ese chico que lidera la banda?, rondaba por mi cabeza sabiendo que lo había visto en algún momento y en algún canal de TV,  vaya descubrimiento que me llevé al darme cuenta que ese mismo tipo  desgarbado y esquelético que viste con ropa estilo American Appareal, era uno de los personajes de la séptima temporada especial de Skins "Hope", los episodios de la emblemática Cassidy , y el mismo de "God Help the Girl"-I was a king under your control-. Para sorpresa Olly Alexander, junto a Mikey Goldsworthy y Emre Türkmen se tenían bajo la manga una banda con un sonido tan alucinante y prometedor que representa la actual escena musical londinense. Years & Years es sin duda alguna una de las revelaciones de la escena britpop electrónico del 2015, y a lo mejor parte de su explosión musical en el tope del número 1 en Inglaterra y el constante play en todas las emisoras y canales de videos musicales, radica en que son tres tipos simples y tímidos que se ven mucho más jóvenes de los que son, que pretenden ser simplemente ellos mismos sin poses ni parafernalias de estrellas instantáneas y que al final de cuentas hacen música bien pensada,  poco complicada y con lo mejor de la modernidad de la segunda década de los dosmiles. Hoy me recuerdan tanto a esa avalancha de música alucinante de la invasión británica de los 80s y 90s. (Simple Minds, Tear for Fears y Oasis aún les sigo escuchando!).


"Real", "Shine", "Eyes Shut", "Desire", "Take Shelter" y todo el "Communion" es ahora uno de mis discos favoritos del año y "King" sin duda alguna está en el tope de mis canciones favoritas no solo del 2015, sino que de todos los tiempos. Solo queda esperar que esos zapatos deportivos noventeros que no se quita Olly sean lo suficientemente pesados para no dejar que toda la banda pierda el piso. Ya veremos.

-I was a king under your control-.











domingo, 25 de octubre de 2015

I LoveFuckingHate Universidad


Tengo una relación amor odio con mi universidad, más de odio que otra cosa. Luego de estar casi 30 minutos asoleándome mientras esperaba que abrieran una de las oficinas que debería de haber sido abierta precisamente antes de esos 30 minutos, el tiempo justo en el que me pongo como un camarón cocido ; me entretuve todo ese tiempo escuchando una de las platicas más primitivas que una mujer le decía a su amiga: “Yo no voy a dejar que esa perra me quite a mi novio, ya van varias veces que me las hace, pero no lo voy a dejar”. Vamos a ver, primero que nada creo que una parte de culpa de la cultura machista la tienen este tipo de mujeres que coagulan y alcahuetean cada vez más este tipo de comportamientos que denigran su integridad, segundo si lo quieren ver de esta manera, y esto aplica para hombres y mujeres, cuando tenés un tomate que está pudriéndose en la cajuela de las verduras del refri, ¿qué haces?, pues no lo dejas allí para que eche a perder todo lo demás, lo más lógico es que lo tirás a la basura, pues es tan simple como eso, como sumar 2+2=4 no 5, ni 1, ni 8. 

Momento después de asimilar la novela del novio infiel y la mujer sumisa, tengo que recalcar la amabilidad de las personas de atención al cliente de las unidades de gestiones para estudiantes, nótese mi sentido envenenado de ironía; debería de ponerse un buzón de sugerencias o hacer un “Undercover Boss”, para que se den cuenta de lo pésimo de este servicio, somos estudiantes no aberrantes Orcos (bueno algunos sí). Y por si fuera poco, me encuentro con una pseudo huelga de hambre y la categorizo en ese nivel, porque más parecía un sketch de algún programa barato de comedia, que algo serio, con sustancia de causa y más cuando veo a los huelguistas haciendo el paripé del medio muerto en una camilla mientras otro se comía una galleta Cuétara de chocolate, ay! esta cultura progre que se masifica como un virus. 

Al final luego de atravesarme todo el tráfico de la ciudad y gastarme casi $40 de gasolina (el doble de lo normal) ya tengo mi constancia, bueno a medias, porque una de las oficinas estaba cerrada, asumo yo que aprovechando el asueto obligado por una huelga nivel ripley. Conste que no todo es malo, en esta Universidad tuve grandes experiencias de vida y sobre todo conocí a grandes personas como a la niña con la que tuve mi idílico amor de secundaria y que me robó el aliento en una exposición, a la gran amiga de las Europas y al par de camaradas con los que hacemos tertulias filosóficas interminables. 

Ya no sé si cada ida a mi alma mater es un viaje al No Mundo de Beetlejuice o uno de los anillos de Dante, y es que no quiero dármelas de señor correcto crítico de todo, no soy ni lo más cercano a un hombre perfecto, pero al menos intento hacer las cosas de la manera más civilizada y coherentemente posible. 


I lovefuckinghate Universidad!